Yugo desigual una moda en la actualidad

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 2 Corintios 6:14 RVR1960

En la actualidad es muy común el denominado yugo desigual, muchos jóvenes se encuentran en esta posición, también forme parte de ese grupo; conocer a un chico guapo, atractivo y quedar fascinada, es ahí cuando comienza el problema porque si esa persona o tiene otra fe o es ateo el atractivo físico no va a reemplazar lo que Dios nos ha prohibido.

Y es que podemos enamorarnos de esa persona, tener los mejores deseos hacia ella, pero eso no va a cambiar lo que la persona cree, piensa o adora. Sé que podemos decir “yo lo convierto” pero no es así, nosotros no somos Dios, podemos hablarle de nuestra fe, pero quién convierte los corazones es Dios, no nosotros y mientras no reciba a Dios y le acepte realmente, aunque le ames esa persona no va a ser para ti. Digo esto porque lo sufrí y lo viví.

Desde el principio esa persona ya comienza a mostrar que no va a ser de bendición en nuestra vida, cuando pensamos en estar juntos sabiendo que no ama a nuestro Dios y no tiene en mente hacerlo; podemos orar, clamar, pero mientras, como mencioné anteriormente, no muestre un cambio o un deseo de conocer a Dios debemos alejarnos y orar para que ese sentimiento desaparezca. El amor siempre va a ser de bendición y quién da esa bendición es Dios, si una persona desde el principio nos aleja de quién bendice la unión de dos, entonces esa relación no es del agrado del Señor.

Lo único que logra una relación así es alejarnos de Dios y lo he visto, he sido testigo de ello y Dios sabe cuánto me costó olvidar a esa persona, pero Él nos dice “yo o él/ella” y no podemos elegir a los dos porque si elegimos a esa persona de inmediato dejamos a Dios de lado, y quién ama más a otro no es digno de él; y es difícil no lo voy a negar, como persona, como mujer, como adolescente, pero vale la pena, y si tuviera que volver a elegir escogería una vez más, el llorar, el sufrir, porque Dios es suficiente y vale la pena dejarlo todo por él, porque fue Dios quien murió por nosotros, porque fue Dios quién dio a su único Hijo para que nosotros vivamos a través de él y se humilló haciéndose hombre; fue golpeado, humillado, molido y traicionado.

Como adolescentes a veces tendemos a dejarnos guiar por las emociones, por los sentimientos, pero es necesario tener una conversación profunda con Dios aunque nos duela dejar ir, pensando en que Dios traerá algo mucho mejor a nuestra vida, y a veces lo mejor no es una persona sino su presencia.

Deje un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comienza